Infidelidad

INFIDELIDAD

Infidelidad terapia

 

Infidelidad terapia de pareja df, los motivos de ser Infiel en parejas de México, Distrito Federal, estudio de Género.

 

Elaborado por: Dra. Yasmín Mendoza (2015) www.drayasminmendoza.com

Introducción

Infidelidad terapia de pareja df .La presente investigación, tratará sobre una situación que actualmente se presenta en parejas que acuden a terapia, por motivo de Infidelidad. Se ha detectado en dichas parejas la solicitud por infidelidad de ambos, es decir, la infidelidad en mujeres se ha incrementado a la par del hombre. México ocupa el primer lugar en infidelidad femenina con 44 por ciento de mujeres que sostienen relaciones extramaritales mediante el uso de sitios web especializados para este propósito, de acuerdo con un estudio del portal de citas AshleyMadison.com. A partir de lo anterior surge la siguiente pregunta de investigación. ¿Cuáles son los motivos que existen en hombres y mujeres para ser infieles a su pareja?, considerando como población a parejas que radican en la Ciudad de México.

Respecto al tema de infidelidad se puede definir a la infidelidad como la ruptura de un contrato que se establece en pareja, acuerdo o pacto implícito o explícito, en el cual uno de los dos miembros en una pareja, tiene algún tipo de relación con una tercera persona. Las parejas establecen límites en la relación y establecen su propio concepto de infidelidad y grado de afectación es diferente en cada persona.

Eisenberg Glantz, F. (l993), Plantea que para algunas personas la infidelidad se comete hasta que existe una relación sexual, para otros los besos significan un acto infiel, otras más extremistas creen que tan sólo basta pensar en serlo o fantasear con otra persona para cometer una infidelidad. Por el contrario existen las parejas en las cuales se toman acuerdos en los cuales se permiten seducir gente constantemente, llegando a entablar largas charlas y devaneos amorosos no lo consideran una infidelidad, aunque habría que ver que piensan de eso sus parejas.

Por lo anterior se habla de infidelidad cuando uno de los miembros de la pareja rompe dicho contrato establecido. Contrato que en muchas ocasiones no está claro y la pareja da por hecho que el otro o la otra deben conocerlo. Al romperse o incumplirse ese contrato entre los miembros de la pareja, se pone en cuestión la confianza y la palabra empeñada, dañando la relación.

La confianza de las personas es la que más sale perjudicada después de que una infidelidad es descubierta, la persona engañada tendrá dificultades en volver a creer, en confiar nuevamente cuando no se cumplió con lo que tenían pactado o convenido. Recordemos que este tipo de contratos son arreglos implícitos que no suelen estar explicitados, son reglas que se aceptan por parte de ambos miembros, en donde la exclusividad suele ser un factor común en la mayoría de las relaciones.

Hay parejas que establecen otro tipo de contratos, por ejemplo los swingers, que realizan intercambio de parejas, también entre ellos existe cierto contrato, sólo que con

otras cláusulas o condiciones, quizás esté estipulado que pueden tener relaciones sexuales con otras personas, pero sólo si está presente el otro miembro de la pareja, o tal vez tienen la libertad de tener las relaciones que quieran y con quien quieran, pero deben contarse lo que hagan. En cualquier relación siempre hay cosas permitidas y cosas prohibidas. Los problemas en las parejas suelen surgir cuando las reglas del juego no están claras, o cuando alguno las rompe o las infringe. También aparecen dificultades o problemas cuando existen malentendidos, el caso en donde uno creía una cosa y otro algo diferente.

Pondré un ejemplo para clarificar esto. Durante varios meses atendí a una pareja que llamaremos Ana y Gustavo, ellos estuvieron conviviendo durante varios años, tuvieron un hijo y en una crisis de pareja Gustavo decide vivir sólo. Esta decisión es tomada en forma unilateral por él, a pesar de las súplicas de ella para que se quede, revea su decisión o busque otro tipo de solución.

 

Concepto de Infidelidad

Para definir la fidelidad se hace referencia lo expuesto por Lake, T. y Hills, A. (1980), Fidelidad, infidelidad, adulterio: Etimología de las palabras Ambas palabras derivan de la palabra Fe, ésta a su vez deriva del vocablo latino Fĭdes, que significa entre sus acepciones: fe, confianza, crédito, buena fe, palabra dada. Se registra su utilización hacia el año 1140, también surge la palabra fiel como derivada de aquella.

La palabra fidelidad aparece por primera vez registrada en el año 1490. La palabra infiel e infidelidad aparecieron un poco antes, en 1438. El prefijo “in” es un privativo o negativo, también derivado del latín. El campo semántico de la palabra fidelidad incluye principalmente el tema de la confianza, la fe y la palabra empeñada, por lo tanto se alude a la infidelidad cuando existe una ruptura, ausencia o falta de confianza o fe. Es significativo que esta palabra derive del latín y reciba de esta civilización no sólo el origen etimológico, sino también la significación propia de una cultura en donde la fe juega un rol central y en la cual una falta o ausencia de la misma era fuertemente condenada.

La palabra infiel se utilizó en Castellano inicialmente para referirse a las personas que profesaban una fe distinta a la católica apostólica romana, con este calificativo se acusaba y perseguía a los judíos, protestantes y musulmanes en España. Los infieles eran los contrarios a la fe hegemónica de la Iglesia Católica, por eso fueron perseguidos incluso hasta la muerte durante varios siglos. Este uso originalmente restrictivo de la palabra, se extendió hasta el uso más amplio que tenemos hoy en día, para referirse a las infidelidades en las relaciones ente las personas, asociándola no solamente a la fe, sino también a la confianza. Si bien también se desconfiaba de los judíos, los conversos o los moros, el tema central era la fe; actualmente el sentido del vocablo infidelidad se desplazó con mayor intensidad de la fe a la confianza y del ámbito más religioso al propio de las relaciones entre las personas.

La palabra adulterio deriva de la palabra latina adulterare que significa alterar, falsificar y deshonrar, se consigna su primer uso en el siglo XIII y de ella deriva posteriormente la palabra adúltero/a, reservada para quien comete adulterio. La palabra latina adulterium proviene de dos términos: “ad”, preposición que significa “a” y “alter” que significa “otro”, estas raíces lingüísticas se refieren por lo tanto a una relación con otro, alguien distinto de la unión conyugal.

Los diferentes tipos de infidelidad a infidelidad no es un fenómeno homogéneo, existen diferentes tipos y grados de la misma.

Si bien hablaremos en forma general de la ruptura de un compromiso como es la infidelidad, es importante partir del acuerdo de exclusividad, tácito o explícito, que cada pareja hizo en forma particular. Por eso propondremos dos tipos de clasificaciones una breve y otra ampliada planteados por Rosenzvaig, R. (1999).

Tipos de Infidelidad:

Infidelidad accidental: Con este término hacen referencia a aquella infidelidad que no es esperada ni buscada.

Infidelidad pura: Se da en aquellas personas que engañan frecuentemente a su pareja.

Aventura romántica: Se refiere a las infidelidades ocasionales que se llevan a cabo simplemente como un escape de la realidad y la monotonía.

 

 

 

Arreglos especiales: Son aquellos acuerdos en donde se permite por ejemplo abrir la pareja o se dan separaciones temporales y en esos momentos existe una infidelidad.

Infidelidad y Género.

La infidelidad por Género

Actualmente se han detectado diferencias en cuanto a Género respecto a los motivos por los cuales habitualmente la infidelidad se asocia más con el género masculino que con el femenino. Los varones en todas las culturas y en todos los tiempos fueron más infieles que las mujeres, eso es un hecho, a pesar de que cada vez es más común la infidelidad femenina.

Strean, H. (1986), plantea que en las sociedades occidentales urbanas la relación entre la infidelidad en el hombre y la mujer es de 3 a 1 ó 2 a 1, e incluso en algunas se equiparan aún más, estos porcentajes se van ampliando cada vez con mayor intensidad cuando se analizan sociedades de países del tercer mundo o comunidades rurales, llegando a situaciones extremas en países fuertemente religiosos en donde la infidelidad femenina tiene porcentajes muy bajos o es casi inexistente.

Estos datos son muy importantes para evaluar el factor social en la infidelidad del varón.

Clásicamente se sostiene que el varón es infiel por naturaleza y que sólo le interesa diseminar por el mundo sus genes y tratar de que se perpetúen sus características. Si bien esto puede ser cierto en un sentido, también es verdad que la aceptación social y la permisividad que ciertas sociedades tienen con respecto a la infidelidad del varón promueven la misma.

Es importante saber de qué definición de infidelidad se parte, la mayoría de los estudios comparten la idea de que se entiende a la misma como el acto o relación sexual con una persona ajena a la pareja o matrimonio estable. En este sentido podemos decir que los varones tienen una facilidad mayor desde el punto de vista biológico, ya que pueden prepararse con más rapidez para tener relaciones sexuales que las mujeres. Si bien la disposición sexual varia en forma individual e incluso para la misma persona en diferentes momentos, en general la respuesta sexual, la excitación y la preparación de los genitales para el acto sexual se da con más rapidez en los varones que en las mujeres.

En las respuestas sexuales intervienen diferentes factores tanto psicológicos como biológicos, físicos, químicos, etc. en un proceso complejo que fácilmente puede alterarse. Los cambios físicos se producen tanto en el varón como en la mujer por la vaso congestión de los genitales, o sea la afluencia de sangre a los tejidos genitales y hacia los pechos femeninos. Produciéndose asimismo una intensificación de la excitación, un aumento del ritmo cardíaco y respiratorio. La vasocongestión en el varón se produce con más rapidez que en la mujer, razón por lo cual este se encuentra preparado para las relaciones en un período corto de tiempo, esto también permite entender los diferentes tiempos que cada un necesita para llegar al clímax. Esto no garantiza ni la calidad ni la cantidad de relaciones sexuales, pero es un dato importante ya que un varón puede tener sexo exprés, no solo porque existe una facilitación social, sino porque biológicamente está más preparado para ese tipo de relaciones que la mujer. Teniendo en cuenta estos factores temporales también es entendible porque la eyaculación precoz es un problema masculino que se desconoce en la mujer.

Desde el punto de vista antropológico también se sostiene que el hombre necesitó transmitir sus genes y por eso se vio coaccionado por sus instintos a tener sexo con la mayor cantidad de hembras posibles para perpetuar la especie y en particular sus características. Hoy estamos lejos de aquellos tiempos, el sexo se ha divorciado hace mucho de la procreación, si bien algunas personas 18 tienen sexo sólo para procrear lo cierto es que muchas otras sólo mantienen relaciones sexuales por placer y no con intenciones de perpetuar la especie. Por eso las respuestas antropológicas y las biológicas si bien son muy importantes tampoco permiten explicar el fenómeno completamente.

Desde el punto de vista social podemos decir que el varón tiene una facilitación social para las infidelidades y los engaños que las mujeres no tienen. Existen prostíbulos desde los tiempos inmemoriales en donde los varones iban para obtener placeres sexuales. Actualmente los varones tienen saunas, cabarets, prostíbulos, cines, etc. en donde pueden encontrar sexo, en la mayoría de los casos pago. Si bien hay algunos lugares similares para mujeres estos son relativamente pocos y el mayor consumidor de este particular tipo de servicios es el varón. A nivel social existe esta facilitación de lugares y servicios, pero también la imagen del varón infiel suele ser mejor tolerada y en muchos

casos valorada, a diferencia de la mujer infiel que suele con frecuencia ser condenada o mal vista. El varón, en general, vive las infidelidades de una manera diferente de la mujer, para ellas el amor y el sexo suelen estar estrechamente relacionados, en cambio para la mayoría de los varones esto no es necesariamente así. Una mujer raramente engañará a su marido sólo “por que se calentó con un tipo”, en cambio este motivo puede ser válido y frecuente para muchos hombres. El varón tiene más permisos sociales para disfrutar de su sexualidad, en cambio la mujer todavía tiene ciertas

restricciones y si bien se le abrieron las puertas del placer sexual, todavía está confinada en disfrutar de él dentro de una pareja estable o de un matrimonio.

En general el segmento etario más proclive a las infidelidades entre los varones es el que va de los 30 a los 50 años.

Uno de los motivos principales que llevan al varón a ser infiel, es simplemente porque quiere tener sexo, esta causa es muy masculina, pero difícilmente escucharemos a una mujer decir que engaña a su marido porque quiere sexo. Los varones pueden salir a la calle y tener sexo ocasional por una noche, aunque esto no es muy frecuente que ocurra con las mujeres. La pregunta podría ser por qué esto no ocurre y la respuesta debería tener que ver con factores antropológicos, sociales y psicológicos. Los varones socialmente no son condenados por tener este tipo de encuentros e incluso ellos mismos se lo permiten sin tanta culpa, la mujer en general es condenada socialmente por esto, o al menos mal vista, y ella misma suele vivirlo con mucha culpa y cuestionamientos internos si llega a permitírselo.

Los motivos que llevan a los varones a ser infieles son muchos y variados, entre los más frecuentes además del simple deseo de tener sexo, están los motivos relacionados con la búsqueda de aventuras, la necesidad de afirmarse como machos, levantar la autoestima y sentirse validados por sus conquistas, no dejar pasar oportunidades de disfrutar sexualmente, etc..

Los varones pueden tener sexo ocasional una vez con alguien, ya sea varón o mujer y no pensar nunca más en esa persona, este tipo de conducta no suele traer cuestionamientos morales, en cambio en las mujeres esto no suele ocurrir, y si pasa, es común que existan sentimientos de culpa, vergüenza o cuestionamientos fuertes por el hecho.

La doble vida es un fenómeno típicamente masculino que casi no existe entre las mujeres, lo mismo podemos decir de los casos de bigamia.

La infidelidad en los varones también cuenta con algunos personajes emblemáticos tales como el Don Juan y el Casanova que no tienen contraparte femenina, si bien podemos hablar de Doña Flor, ésta no tiene el peso social ni es tan popular como los representantes masculinos.

Cuando una mujer engaña a un varón, no suele resultar fácil para este perdonarla, ni aceptar la infidelidad. Existe una fuerte presión social ya que el varón puede ser juzgado por “no ser capaz de satisfacer a su mujer” y además habitualmente no se espera que la mujer sea la que engaña. La infidelidad de su esposa es frecuentemente vivida por el varón como una humillación por eso suele tener vergüenza y temor de que se haga pública la infidelidad. El orgullo masculino y el machismo tradicional de los varones hace que les resulte difícil superar una infidelidad si fueron engañados, independientemente del afecto y del amor que tengan por su pareja. Si un hombre perdona a su esposa infiel tampoco es tan aceptado socialmente, ya que se lo ve como un signo de debilidad o de permisividad. Ocurre lo contrario en los casos en donde el varón ha sido infiel, se espera que la mujer lo perdone si muestra realmente un arrepentimiento sincero.

Existe un prejuicio bastante extendido, ya que se cree que los varones pueden tener relaciones casuales y amantes sin afectar seriamente la relación de pareja. Por esta razón una gran mayoría de los varones que están felices con su pareja, no rechazarían una oferta de sexo con alguien que les atrajese.

Por eso en algunas encuestas o estudios, se ve que aproximadamente la mitad de los varones que fueron infieles consideraban que tenían un matrimonio satisfactorio o muy satisfactorio.

La mayoría de los varones tienen un criterio moral diferente para juzgar a su pareja del que utilizan para ellos mismos. Me acuerdo de un paciente que me contaba como había insultado y humillado a su novia cuando se enteró que ella, en un impasse que ambos se habían tomado, había salido con otro chico; mientras a su vez en ese mismo período él estuvo saliendo con varias chicas.

Internamente muchos varones creen que ellos pueden hacer muchas cosas, entre ellas ser infieles y que merecen consideración por sus debilidades, pero ellos no les perdonarían a sus parejas que los engañen.

El varón cuando descubre que su pareja le es infiel es frecuente que agreda al amante de su esposa, este intento de reivindicarse o defenderse, es una forma masculina de limpiar la imagen manchada y recuperar el honor mancillado. En vez de dirigir los reclamos a su pareja con la que sí tenía un pacto de fidelidad, es común que estos recaigan contra el tercero en discordia.

Navarro, G. y Pereira, J. (2000), hablan de que habitualmente se cree que las mujeres son más fieles que los varones, si bien esto está cambiando y en sociedades urbanas occidentales se nota que los porcentajes se tienden a emparejar, todavía los niveles de engaños e infidelidades son menores en las mujeres. Se han dado distintas explicaciones de este fenómeno, desde la antropología podemos decir que la mujer o la hembra en las comunidades primitivas tiende a quedarse cuidando de su prole. La tarea frecuente de las mujeres en la mayoría de las tribus primitivas está relacionada con el cuidado de la descendencia, incluso hoy día el cuidado de los hijos pequeños está más asociado con una labor femenina.

La mujer no tenía tiempo de ocuparse en tener relaciones por fuera de la pareja, ya que debía estar concentrada en las tareas domésticas y el cuidado de sus hijos. Mientras el hombre primitivo era el que habitualmente salía a cazar y posteriormente el varón moderno era quien salía y debía traer el sustento mediante el trabajo, la mujer era la que habitualmente se quedaba en la casa ocupándose de las labores hogareñas y los hijos. Esto obviamente se ha ido modificando, pero todavía hoy esta división de tareas tiene gran influencia y puede generar ciertas dificultades.

Si la mujer no cuida de sus hijos, tarea socialmente esperada, es mal vista, si el varón no se ocupa no es tan señalado; y al contrario si un hombre no trae el sustento a su casa suele ser mal visto, pero si la mujer no lo hace no se la suele acusar. Por eso la mujer sufre mucho cuando no puede ocuparse de sus hijos y el varón cuando no tiene trabajo y no puede llevar el sustento a la casa.

Las mujeres socialmente han avanzado mucho en cuanto al reconocimiento de sus derechos, pero aún hoy existe una discriminación que en algunos casos es marcada y en otras oportunidades es más sutil. Todavía la presión social hace que las mujeres no se permitan vivir la sexualidad tan libremente como el hombre. Las mujeres habitualmente desde los valores sociales tradicionales, sólo pueden disfrutar de su sexualidad dentro de una relación de pareja monógama, por lo que las infidelidades son mal vistas.

Las mujeres tampoco cuentan con facilidades a nivel social para tener sexo rápido o anónimo como los varones, tales como prostíbulos, saunas, etc., esto es así obviamente porque tampoco hay una gran demanda, lo mismo ocurre con la pornografía, si bien cada vez más mujeres la consumen, todavía los varones siguen siendo los principales clientes de este tipo de productos y servicios. En general las mujeres no suelen tener aventuras fugaces, pero en el caso de que esto ocurra tienden a ocultarlo porque tienen temor de ser señaladas o juzgadas por sus conductas, con mucho más rigor que los varones. Algunos dicen que las mujeres son tan infieles como los varones, pero que ellas hacen menos alarde que nosotros. Y el motivo es que los varones en general nos vanagloriamos de las conquistas y las mostramos orgullosos como trofeos, en cambio las mujeres no las suelen exhibir por temor o pudor a que las juzguen críticamente.

Para las mujeres que son infieles la principal justificación suele ser el amor y mucho más lejos aparece el sexo, en cambio en los varones ocurre a la inversa. Las mujeres suelen buscar en una relación extramatrimonial amor, contención y cariño y raramente una aventura pasajera.

Habitualmente cuando en la pareja ha habido engaños, si la mujer se ha enamorado de otro hombre es probable que quiera terminar con su marido, en cambio los varones incluso enamorados tienden a perpetuar ambas relaciones y son más reacios a terminar con su matrimonio. Parece ser que la mujer tiene mayores dificultades de compartir su amor con dos personas, en cambio a los varones esto les resulta algo más fácil.

A las mujeres en general les afecta más que sus maridos se enamoren de otra, en cambio los varones se sienten más traicionados si su pareja tiene sexo con otro. En general para las mujeres un affaire aparece como el corolario de una larga relación de pareja insatisfactoria. No suele ser común que una mujer sostenga un amante por el sólo hecho de obtener buen sexo de él, sin embargo esto parece ocurrir con algunos varones que mantienen affaires de los que obtienen simplemente gratificación sexual.

Las mujeres que viven en comunidades más tradicionales o aquellas que aún mantienen esquemas de pensamiento conservador tienden a tolerar las infidelidades o los engaños de su pareja, mientras las mismas se mantengan dentro de ciertos límites.

Antiguamente la mujer tradicional era muy dependiente del varón, no se preocupaba por su autoestima y en general su opinión no era tan tenida en cuenta, por eso solía aceptar cualquier condición y muchas veces toleraba en silencio incontables infidelidades de su marido.

Actualmente las mujeres son más independientes, libres y buscan una relación más igualitaria, si bien hay algunas que todavía aceptan ese tipo de condiciones, ya no están tan dispuestas a convivir con los engaños e infidelidades de su marido.

En la mayoría de las sociedades occidentales y en particular en las grandes ciudades los porcentajes de varones y mujeres infieles tienden a equipararse, aunque todavía los hombres lleven la delantera. Esto se explica por varias razones, la mujer como decíamos ya no tiene un rol pasivo en su vida, además está más dispuesta a buscar otros caminos cuando encuentra dificultades en su pareja.

También la mujer sale más de su casa, va a trabajar, a estudiar, tiene proyectos personales y profesionales propios, esto hace también que se le presenten más oportunidades que antes, el lugar tradicional de la mujer ya no está circunscripto a su casa. Si bien también muchas mujeres se las ingeniaron para ser infieles con el sodero, el vecino o el verdulero, las opciones de conocer a alguien son mayores para las independientes que salen de su casa y tienen sus propias ocupaciones.

Las edades en donde la infidelidad se da con mayor frecuencia en las mujeres es un poco más elevada que en el hombre, entre los 35 y 50 años, si bien tanto en varones como en mujeres las fantasías suelen aparecer mucho antes y coinciden en cuanto a los tiempos, los varones parecen tomarse los permisos y pasar a la acción más tempranamente.

Respecto del perdón, habitualmente las mujeres con más facilidad vuelven a creer en los varones si estos se arrepienten realmente, en cambio a los varones les cuesta más si ellas los engañaron. En general cuando salió a la luz la infidelidad en una pareja, es más fácil superarla si fue llevada a cabo por el varón que si la protagonista fue la mujer.

La infidelidad en México.

 

Velasco, F.( 2004), Plantea que el desprendimiento y el llamado encuentro o formación de pareja, fases que se encuentran entrelazadas, y que son el fundamento de la formación de la familia y fuente de psicopatología h de motivos de consulta en los tiempos actuales.

 

Hoy en día, muchos jóvenes que terminan una licenciatura, o incluso una maestría o especialidad, no se encuentran en condiciones económicas de ser autónomos, por lo que ambos miembros de la pareja tienen que trabajar.

 

Los medios de comunicación, el video e incluso el internet se encargan ahora, sin ningún control, de la educación sexual de los niños y los jóvenes, de tal manera que existe una cultura imbuida de mensajes sexuales abiertos; por internet se consiguen mujeres o por hot line con sólo dar el número de tarjeta de crédito.

 

La queja de las parejas continúa sobre los temas sexuales, pero al parecer no tanto, porque las mujeres ya no quieran tener relaciones tan frecuentes como lo desea el varón , sino que ahora ellas no sólo lo piden , sino que lo exigen.

 

Algunos de los cambios más ostensibles de la pareja en los últimos años:

 

La mujer en México se ha emancipado y ha podido ocupar puestos destacados en diferentes actividades profesionales o laborales.

 

La mujer que trabaja enfrenta ahora una triple exigencia: por un lado, tiene que trabajar o tener éxito profesional y ganar dinero; por otra parte tiene que funcionar como Ama de casa, y por último ser madre.

 

La mujer sumisa y sometida va acumulando un alto grado de depresión, frustración, futilidad y rabia, sentimientos que expresa de manera desplazada en diferentes ámbitos de la vida de pareja.

 

Por otra parte, la mujer narcisista, envidiosa e intolerante, rápidamente destruye la convivencia con su pareja: en lo manifiesto proclama la individualidad como una alternativa superior a la de vivir acompañada; no será capaz de vincularse emocionalmente y sus relaciones subsecuentes, al no llenar sus demandas de ser admirada, terminarán en rupturas abruptas que le validarán los deseos de estar sola.

 

La infidelidad abierta en México es otra situación que se observa entre las mujeres. Antiguamente era una constante del varón y era motivo de orgullo entre amigos; muchas veces estaba oficializara e incluso bendecida por la sociedad como la “casa chica”, o mediante el ideal del varón mujeriego, “macho” que observábamos en las películas de antaño.

 

La infidelidad esconde el conflicto conyugal real y permite que el miembro afectado distraiga la atención y ponga todo el énfasis en la herida emocional sufrida, y se oculten los verdaderos problemas que se desplazan hacia el tercero.

 

Los movimientos socioeconómicos mundiales, la globalización, los medios de comunicación y la clase política mexicana parecen haber enterrado sus ideales y su ideología. La pareja eternamente joven, sin hijos, narcisista, preocupada por su belleza externa, prototipo de la cultura anglosajona de los últimos decenios, compite y choca con el ideal de pareja tradicional mexicana, fincada en tener hijos y formar una familia nuclear.

 

El varón se encuentra en una encrucijada de tolerar o no el rol diferente: ¿dejar de ser el proveedor?, ¿el que manda?, ¿el que no contribuye con las labores domésticas?.

 

El final del siglo presenta un panorama de la pareja mexicana con la identidad difusa, polarizada, fragmentada por diferentes tendencias que buscan un equilibrio: parejas con nuevos hábitos de convivencia, cambios en las prácticas sexuales, en las modalidades de crianza de hijos; parejas donde la mujer que trabaja es el sostén emocional y material, parejas que viven separadas y mantienen su relación.

 

Conclusiones

Después de una revisión histórica y social de los motivos por los cuales las parejas buscan a una tercera persona en la relación, se han encontrado factores con diferencia de género, sin embargo hay pocos estudios de las razones por las cuales las parejas buscan a un amante fuera de su relación, encontrando sólo aspectos psicológicos desde el enfoque psicoanalítico que plantea motivos que se remotan a etapas iniciales de vida en función a los vínculos establecidos con las figuras: padre y madre; por otro lado existen estadísticas de cuantos hombres, cuántas mujeres, edades, perfil de amante seleccionado como datos disponibles de investigaciones recientes sin embargo no fueron registradas en la presente investigación ya que no son relevantes para responder la pregunta de investigación plasmada en un inicio, por otra parte se pretende plantear preguntas las cuales estén enfocadas al ¿qué sucede antes de la infidelidad? como una prevención a la situación con que llegan las parejas a solicitar terapia, se cree que si se conocen los motivos reales en función a tiempo y espacio, se podrán establecer estrategias para prevenir la infidelidad y a su vez esto generara relaciones de pareja más sólidas y duraderas

 

Bibliografías

Velasco, F.( 2004) Parejas en conflicto, conflictos de pareja. México: Editores de textos Mexicanos.

Eisenberg Glantz, F. (l993) Actitud hacia la infidelidad a lo largo del Ciclo Vital de la Pareja.

Estrada Inda, L. (l987). El ciclo vital de la familia. México: Editorial Posada.

Lake, T. y Hills, A. (1980). Infidelidad. Barcelona: Grijalbo.

Navarro, G. y Pereira, J. (2000). Parejas en situaciones especiales. Barcelona: Ediciones Paidós.

Rosenzvaig, R. (1999). Terapia de la pareja en situación de infidelidad. Revista Argentina de Sexualidad Humana. Año XIII. N° 1. P. 42-25. Buenos Aires.

Strean, H. (1986). La pareja infiel: Un enfoque psicológico.. México: Editorial Pax-México.

http://www.sinembargo.mx/27-10-2014/1153786: Sinembargo – octubre 27 de 2014 – 22:10 Ciencia y tecnología, DE REVISTA, MÉXICO, MUNDO.