Amigos con derecho a sexo

Parejas Millennials «Amigos con derecho a sexo»

Las formas en que se presentan las relaciones de pareja sueles ser moldeadas por la época y la cultura. Actualmente los jóvenes optan por relaciones sin compromiso, denominado como “Los amigos con derecho a sexo” que explica Coria, C.(2012),  hace referencia a vínculos afectivos con derecho a sexo, fuera de formas tradicionales de compromisos, sin obligaciones ni proyectos en común, donde existe un reconocimiento y aceptación por ambas partes.

Riesgos y ventajas en una relación libre.

Las ventajas que exponen algunas mujeres de elegir relaciones libres sin compromiso o amigos con derecho a sexo, estableciendo relaciones sin compromisos, son:

– no tener el compromiso de estar atendiendo a un hombre

– la libertad de no tener que ocuparse de ellos, es decir no estar al servicio del hombre

– que la pareja no sea absorbente

– se evitan los llamados problemas domésticos (un baño que no funciona un niño que enfermó, una comida que se quemó, etc.)

Algunos de los motivos que exponen al elegir la modalida

d de relaciones sin compromiso o amigos con derecho a sexo, es porque ya pasaron por la formación de una familia, la crianza de los hijos, fracasos en matrimonios anteriores o nuevas creencias culturales respecto a relaciones de pareja.

Para los hombres es más difícil elegir esta modalidad de relaciones libres o amigos con derecho a sexo, ya que les es difícil renunciar a la compañía de una mujer para tener la casa ordenada o ser atendidos y renunciar a los privilegios domésticos. Los hombres que optan por elegir amigos con derechos es porque no les preocupa renunciar a todo lo que les provee una relación con compromisos, porque a cambio de ello disfrutan de otros beneficios mucho más atractivos de espacios cotidianos de libertad.

amigos con derecho a sexo

La Generación Millennials, tanto mujeres como hombres aprenden a valorar su independencia y optan por relaciones de amigos con derecho a  sexo. Las ventajas que algunas mujeres expresan en dicha independencia, son: mantener amistades sin solicitar permisos, no experimentar límites establecidos por la pareja, ver a la pareja solo en espacios en que lo necesite y me sienta a gusto, compartir cosas solamente de interés común, tener relaciones sexuales plenas cuando se desean.

Algunos hombres opinan que a las mujeres les gusta la exclusividad, que quieren algo más en el vínculo, y en cambio los hombres no quieren compromiso, sólo se desea charlar con los amigos, hablar de mujeres y afectos, ver un espectáculo, sin reclamos de cariño. El hombre va con una mujer y la segunda vez ya no la quiere ver porque lo que les interesa es la seducción, sin importar la continuidad, lo atractivo es que sea nuevo, seducir. La conquista aumenta el ego.  Por ello los hombres siguen manteniendo una tradición de libertades con las que esperan, más que el disfrute que proporcionan las experiencias sin compromiso, alimentar su ego que con los años y las disfunciones sexuales en sus parejas estables, han socavado la fortaleza y su propia autoestima. De ahí algunos hombres que siguen insistiendo en la seducción como meta llevar a la mujer a la cama como fuente central de autoestima.

Las diferencias que aparecen entre géneros dan la impresión de que ambos protagonistas pertenecen a mundos diferentes, los hombres aún continúan con creencias respecto a los gustos de las mujeres que no coincide con los cambios sociales que se están produciendo, en los cuales pareciera que el sexo femenino encaja más en la búsqueda real de una independencia más allá de la búsqueda del ego como en el caso del hombre. A lo largo de muchas generaciones fueron los varones quienes se acostumbraron a tener libertades, y las mujeres a aceptan la infidelidad en la continuidad por la estabilidad, dependencia económica, legal y social en que fueron educadas. Los tiempos han cambiado y hoy algunas mujeres están modificando su preferencia hacia el estatus pareja con libertades, esto no pretende generar una generalidad, ya que aún hay mujeres que buscan la continuidad y exclusividad.

La necesidad del ser humano de la exclusividad:

El anhelo de exclusividad probablemente cumpla con el deseo humano de poder sentirse tan único y tan especial que nos preserve de la limitación de nuestra vida que creemos caer cuando quedamos al margen del sentimiento amoroso de quienes nos interesan, nos sentimos importantes, nos proporciona seguridades, un pedestal que nos soporta. La exclusividad nos proporciona el espejo de nuestra existencia.

Las malas experiencias en relaciones previas planteadas por Martín P.(2006), la elección a una relación libre o de amigos con derecho a sexo, en ocasiones se debe a malas experiencias previas en relaciones con compromiso, excluisividad y continuidad. Mismas que se presentan a continuación como cuatro esquemas de tipos de parejas con psicopatología:

  1. Ella enamorada y él frío:

Este esquema es en el cual la mujer se sitúa en histérica y el marido en obsesivo, un problema común. Esta fuerza del yo caracteriza a ellos y contrasta marcadamente con la debilidad de ellas.  Ellas son las que comúnmente buscan apoyo psicológico ya que sufren de depresiones, una angustia grave y síntomas físicos incapacitantes, que la desestabilizan en su vida cotidiana, atribuyen su malestar a la frialdad y crueldad de su pareja. Ella trata de demostrar la gran insuficiencia emocional de la pareja, expone un gran número de casos a su juicio en los que él no hizo lo que debería haber hecho, dando evidencia de su incapacidad de amarla. Lo culpa a él de su exceso sexual y lo culpa de su propia falta de sensibilidad sexual. Su relación es de tipo simbólico, su autoestima es baja, no sienten que poseen una personalidad propia, fija, firme y estable, que las distinga de los objetos destinados a satisfacer necesidades. De dónde proviene esta necesidad en ellas?, la cultura social ha creado mujeres que desde niñas experimentan una fuerte necesidad de aprobación de los adultos, algo que no sucedía en la misma forma en hombres. Esa cultura social viene cambiando y hoy las mujeres comienzan a salir de ese patrón establecido de la expectativa colocada en una relación como forma de cubrir y satisfacer necesidades que ellas mismas pueden satisfacer a sí mismas.

  1. Él en busca de una madre:

En este se sitúa a él como histérico y a ella como obsesiva, el común hombre infiel que mantiene una amante para dejar la actual, y ello lo desestabiliza pensando que pierde todo se derrumba. Son hombres perdidos entre la relación formal y la amante, en una constante indecisión de cuál elegir y una constante culpa por volver a ser aceptados en su relación formal. Existen dos tipos de hombres, los dominadores y los dependientes, los primeros son: los que triunfan en toda relación son oportunistas y mantienen relaciones poco profundas, pasan de una relación a otra más ventajosa, ven inconcebible salir derrotados de sus conquistas, suelen deprimirse ante el fracaso de su deseo y no pueden soportar el desamparo. Los que son dependientes: buscan una madre, amor y protección, compiten mal con otros hombres y recurren a las mujeres como sostén y consuelo, son impulsivos e irresponsables. En este caso él se siente vulnerable ante situaciones de independencia. La amante funge como idónea y competente son hombres con una necesidad de ser cuidados, incapaces de mantener una relación independiente y con una constante necesidad de mantener una relación en continuidad aunque ellos no responden a una excluisividad por su constante necesidad no satisfecha de cuidado y protección. Son los aquellos hombres que buscan y mantienen una amante a la llegada de los hijos en el matrimonio, los hombres ideales para mujeres con la búsqueda de una relación libre con un hombre casado que solo satisface sus necesidades sexuales sin compromisos maritales.

  1. Él y ella son pasivo-dependientes:

Son las parejas en las cuales ambos son incapaces de ser independientes y responsables, se aferran a sí mismos y se hunden juntos. No son capaces de establecer metas en común, están llenos de angustias y presentan síntomas neuróticos a modo de defensas. En su convivencia no llegaban a constituir un solo yo, sino que formaban un dúo que no pueden vivir juntos ni separados. Cada uno espera que el otro cuidara de él, y cuando estas expectativas quedaban insatisfechas, respondía con reacciones primitivas de cólera o pánico acompañadas a menudo de formaciones fóbicas. Este tipo de parejas no lograría establecer por sus características propias una relación libre o de amigos con derecho a sexo, resultaría aún más caótica que la relación con continuidad y exclusividad. Resultan ser parejas tóxicas que a pesar de ello dan una larga continuidad en una homeostasis de constantes conflictos de relación de pareja y personales.

  1. Paranoides:

Cuando los dos son paranoides la pareja hermética incapaz de establecer relaciones libres debido a su necesidad de compartir con la pareja delirios e ilusiones mutuas, suelen tener conflictos con todo aquello que sea ajeno a la relación se amalgaman como pareja y no permiten evaluaciones al respecto, son parejas que requieren de una continuidad y exclusividad y no soportan la idea de una relación libre o amigos con derecho a sexo. Son parejas con frecuentes conflictos.

Cuando él es el paranoide dominante, cuando la pareja no acepta sus ideas paranoides suele colocarla como una pareja intransigente y amenazante, es en ese momento en que ella huye y de esa relación surge la necesidad de no volver a establecer relaciones de continuidad y exclusividad.

Cuando ella es la paranoide dominante: busca mantener la relación privada de la sociedad, generando una asfixia en él quien suele huir de la relación, suelen buscar relaciones libres sin continuidad y exclusividad.

La decisión de relaciones sexuales libres sin compromisos  o amigos con derecho a sexo, depende de varios factores: culturales, sociales y psico-afectivos; afirman una transformación generacional respecto a las parejas convencionales con compromiso.

Martín, P. (2006). Manual de Terapia de Pareja. Argentina: Amorrortu

Coria, C. (2012). Erotismo, mujeres y sexualidad. Barcelona: Red ediciones.

Elaborado por Dra. Yasmín Mendoza.